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Naturaleza viva en Monfragüe

El pasado fin de semana nuestros de amigos de Nomaders organizaron un evento en Extremadura para que varios blogueros viajeros tuvieramos ocasión de visitar esta comunidad, concretamente la zona de Monfragüe, situada en la provincia de Cáceres.

El punto de partida fue FITUR, desde donde emprendimos juntos el camino en autobús (unas 3 horas de viaje desde Madrid) hacia Monfragüe.

Tras dar buena cuenta de un ansiado venado en el Restaurante Carvajal, nuestra jornada terminó en la Hospedería de Monfragüe, que sin duda es una gran recomendación para una estancia de lujo (y asequible) en este paraje natural. Ofrece todas las comodidades, una rica y original cocina, y una ubicación incomparable. Además, los más marchosos pueden alargar desde allí la noche en lugares como el vecino Pub Ibiza de Torrejón el Rubio.

Tras un desenfrenado desayuno, los blogueros nos dividimos en 3 vehiculos 4×4 de la empresa Monfragüe Vivo para descubrir el Parque Nacional y su reserva de la biosfera. La primera parada de esta fabulosa ruta nos llevó al Castillo situado al oeste de la Sierra de las Corchuelas. Mi grupo tuvo la inmensa fortuna de contar con un guía-chofer como Raúl Virosta, una persona amante de la naturaleza, capaz de transmitirnos sus conocimientos de una forma apasionante, contagiando a todos los ocupantes del vehículo gran entusiasmo sobre la zona, su fauna, su flora y su historia.

Subir a la torre pentagonal requiere ciertas habilidades, ya que en las escaleras de acceso no cabe un pie, ni siquiera subiendo de costado, pero el viajero no lamentará el ascenso cuando contemple la panorámica de 360º del Parque. Alli se pueden observar un centenar de buitres sobrevolando la zona, momento en que los amantes de la fotografia y el vídeo pueden aprovechar para inmortalizar las impresionantes aves que abundan en el Parque, cuyos vuelos pasan a escasos metros de nuestras cabezas, ¡tanto por arriba como por abajo!

Foto de: Fotonazos

Nuestro recorrido por la dehesa extremeña continuó por un bosque claro de alcornoques destinado al mantenimiento del ganado. El acceso debe realizarse en 4×4 ya que el primer tramo de la pista está en mal estado y el resto discurre entre algún que otro charco haciendo las delicias de nuestra piloto de Tripwolf.

Finalizamos nuestra estancia en Extremadura degustando un nuevo plato de deliciosos ibéricos, migas y carne con toque de lima. En resumen, un fin de semana rodeado de gente encantadora, paisajes sobrecogedores y una gastronomia no apta para personas a régimen.

Published inconsejosTravelturismo gastronómico

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