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Month: October 2010

El mundo fantástico del Parque Warner de Madrid

No hace falta ser un niño para volver a soñar, mucho menos si nos decidimos a adentrarnos en un mundo de fantasía del que es difícil escapar. Los parques de atracciones tradicionales han dado paso en España, en los últimos años, a parques temáticos de ilusión en los que tanta importancia como montañas rusas, norias o lanzaderas tiene un entorno creado para seducir al visitante, lleno de misterios, de colores, de seres fantásticos.

Por eso no me canso de recorrer el Parque Warner, en Madrid, porque se ha cuidado tanto el detalle que siempre que acudo encuentro cosas nuevas. Además, es posible pasar del Lejano Oeste a un Mundo de Superhéroes con tan sólo dar un paso. Paseando por sus intalaciones es posible descubrir recreaciones de Hollywood Boulevard, los estudios de la Warner Bross o, mejor aún, adentrarse en el fantástico mundo de Cartoon Village, en el que personajes como el diablo de Tazmania, Buggs Bunny, el Coyote o el Correcaminos nos salen al paso.

Viejos carromatos y abandonados cementerios, hoteles encantados y tenebrosas gárgolas que nos observan desde lo alto de un castillo, edificios de época y, por supuesto, el embarcadero, donde se desarrolla uno de los espectáculos más llamativos de los que tienen lugar en el recinto. Peleas de vaqueros, bailes de cabaret o asistir al nacimiento de Batman son algunas de las sorpresas que podemos encontrar.

Pero cómo olvidarnos de las atracciones. Mi favorita es, y será siempre, la montaña rusa de agua, aquí llamada Cataratas Salvajes. La descarga de adrenalina llega con la caída de La Venganza del Enigma, con 100 metros de caída libre. O el Stunt Fall, una especie de montaña rusa de efecto boomerang de la que sólo existen tres en el mundo y que nos hace caer en picado a una velocidad de 100 kilómetros por hora.

Pero, ¿cuáles son las desventajas? Lo peor del Parque Warner llega, sin duda, a la hora de la comida. Los diferentes restaurantes de comida rápida ofrecen menús de baja calidad a elevados precios y, como suele ocurrir en estos casos, no se permite traerse la comida de casa, por lo que hay que acabar “tragando”. Otra desventaja son las largas colas que se forman durante los fines de semana o días de mayor afluencia, sin olvidar que en verano el calor puede ser verdaderamente inaguantable. Pero a pesar de ello, la visita vale la pena.

Senderismo en Gran Canaria: de Cuevas Blancas a la Caldera de Tenteniguada

Si existe un clima ideal para el senderismo sin lugar a dudas ese es el de Gran Canaria. Con una temperatura estable casi todo el año que ronda los 25 grados, con poquísimas lluvias y un sol amable usualmente menos fuerte por el efecto de un vientecillo permanente, los paisajes naturales se convierten en un paraíso para los amantes del senderismo.

Entre los múltiples senderos canarios uno de los más atractivos es el conocido como la ruta 21, que parte de Cuevas Blancas para llegar a uno de los rincones más bellos de la isla: la Caldera de Tenteniguada. Embarcándonos en esta aventura podremos apreciar panorámicas que abarcan todo el este y el norte de Gran Canaria pero si iniciamos la andadura en un día despejado, la vista del Teide nos asombrará con su imponencia.

El recorrido comienza en el embalse de Cuevas Blancas, una de las más antiguas de la isla; para después dirigirnos al pinar donde señorean los pinos canarios cubiertos de líquenes. Vale aclarar que en algunas ocasiones la humedad ambiente en esta zona es elevada y la niebla es frecuente y es que en este sendero en particular, el agua parece haberse convertido en una artesana caprichosa que ha modelado el camino a su antojo.

Poco a poco van haciendo su aparición las retamas amarillas, los codesos y alguna que otra flor de color exuberante que nos regala un paisaje totalmente diferente al que hemos dejado a nuestras espaldas.

Pero las sorpresas no terminan, aún nos aguarda la próxima estación marcada por las brechas volcánicas, los depósitos sedimentarios y la lava.

Al llegar a Roque Jincado o el “Peñón Rajado”, como también se le conoce por su singular forma, apreciaremos una mina abandonada junto a un estanque excavado en la roca. Un sitio donde aún se mantienen los restos de una intensa labor minera.

Luego nos acogerá El Rincón, un pueblecito rural donde podremos apreciar el folclore canario en su máxima expresión. La arquitectura tradicional, la artesanía y, por supuesto, la excelente comida; nos dispensarán un espacio ideal para descansar.

Como datos técnicos les adelanto que, aunque este sendero es relativamente corto (comprende casi 9 kilómetros), tiene un grado de dificultad medio fundamente debido al fuerte desnivel existente que nos compulsará a superar varias rampas medianamente peligrosas.