Gracias a su privilegiada orografía, Montseny tiene una amplia gama de productos gastronómicos. Las estrellas de la zona son sus setas y castañas. Aunque podemos encontrar setas durante todo el año, en otoño se multiplica el número de vecinos y turistas que se adentran en los bosques en busca de este preciado majar, los mercados locales las ofrecen y muchos restaurantes aprovechan para preparar degustaciones micológicas.
En octubre se celebra en Viladrau la feria de la castaña, puedes ver curiosos subproductos obtenidos de la castaña y disfrutar de travesías por los castaños.
Pero también podemos encontrar otros muchos productos como la cerveza artesanal Cervesa Montseny, embutidos, bodegas de vinos y espumosos, hierbas medicinales ecológicas del Parc de les olors de Vallmanya, miel, aceite, etc… En la mayoría de estos lugares hacen visitas guiadas para que puedas ver sus procesos y degustarlos.
No es de extrañar que con esta base de productos la restauración no deje indiferente. En cada pueblo podemos destacar un restaurante que merece una parada, os enumero los que más me han gustado:
Les Magnolies. Arbúcies.
Sencillamente impresionante su menú degustación de 17 platos por 65 € (sin vino), es un espectáculo y no dejan de sorprenderte con platos cómo los “boquerones de la riera de Arbúcies”, la “Magburguer de vieira” o el “Capuccino con magdalena de anchoas”. Hay que dejar hueco para su postre “Gin-Tònic” ganador del premio de “The best restaurant dessert 2011”, y si al terminar te apetece seguir disfrutando y tomarte una copa, tienen una carta de más de 40 ginebras…
Can Barrina. Montseny.
Un lugar encantador. La masía es de 1600, se reconvirtió en hotel y restaurante manteniendo la estructura original. Con una cocina tradicional de buenas materias primas y un servicio impecable, es un sitio perfecto para eventos familiares o de empresas. No hay que dejar de probar la “Coca de escalivada”.
El Romaní de Breda. Breda.
Éste restaurante lleva más de 30 años abierto, regentado desde entonces por la misma familia. Cocina de mercado con combinaciones tan sorprendentes como “Mongetes del ganxet con anchoas”, buenísimas. O platos más tradicionales como chipirones rellenos de verduras, muy recomendable!
Can Marc. Sant Esteve de Palautordera.
La familia lleva viviendo en esta masía del s. XIV desde hace cinco generaciones, regentan la hípica, la casa rural y el restaurante. Tienen un menú diario muy competitivo y un salón de carta donde pueden hacer celebraciones. Tuve el placer de probar un menú degustación de seis platos y dos postres, de lo que destaco la “Sopa de tomate con helado de requesón de Can Gorgs“, el “Mini canelón de pollo de payés con trufa de verano y ous de reig (huevos de rey, una seta de la zona)”, el “Ravioli de pie de cerdo con langostino y vieira” y el “Cabrito del Montseny con queso de cabra”, éste último, espectacular…
La Garrafa. La Garriga.
Situado en el centro de La Garriga, éste restaurante dispone de menú diario o carta. Tienen una cocina moderna con las materias primas tradicionales de la zona, hay que probar las “Butifarras de la Garriga“, la “Escalivada gratinada con queso y olivada”, el “Carpaccio de bacalao sobre tomate natural” y de segundos “Rape con compota de tomate y olivada”.
Xalet la Coromina. Viladrau.
Éste precioso restaurante también dispone de habitaciones con una decoración muy cuidada, la cocina nos deleitó con un menú inspirado en el Serrallonga, un bandido nacido en el s.XVI en Viladrau que ha pasado a la historia por ser el protagonista de cantes populares y más tarde obras de literatura que hablan de su vida.