Muchas son, cada años, las personas que se deciden a realizar el Camino de Santiago, una parte o en su totalidad, ya sea por una promesa, por recorrer de una manera distinta bellos parajes de Galicia o el norte de España, o por el atractivo de conocer gente y vivir una experiencia inolvidable.
Cuando realizamos el Camino de Santiago nos convertimos instantáneamente en peregrinos, con todo lo que ello conlleva. Es decir: una persona que camina por tierras extrañas y que tiene como finalidad alcanzar un santuario. Por lo tanto, un peregrino del Camino de Santiago es un mochilero, que recorre a pie muchos kilómetros y que prescinde de todas las comodidades de un turista.
Por norma general, el peregrino a Santiago de Compostela recorre un largo camino, según el tramo o ruta que haya elegido. Son muchas las horas durante las que se anda a diario, pues quien lo realiza correctamente no utiliza ningún tipo de medio de transporte. Esta forma de viajar requiere que se tengan en cuenta una serie de recomendaciones para que el viaje nos resulte lo más grato posible.
En primer lugar debemos pensar en la documentación. Por supuesto, llevaremos nuestro DNI o pasaporte, así como la tarjeta sanitaria. También debemos hacernos con la credencial del peregrino, un libro en el que se nos irán poniendo sellos que acrediten que realizamos cada etapa del Camino. En cuanto al dinero, no es recomendable llevarlo en efectivo, y es más seguro que utilicemos una tarjeta de crédito y vayamos sacando dinero de poquito en poco.
Es importante tener en cuenta que todo nuestro equipaje va a viajar sobre nuestras espaldas, por lo que la recomendación es que carguemos con el menos peso posible: debemos prescindir de todo tipo de ropa u objetos superfluos. También es necesario que la mochila sea cómoda, que se adapte bien a nuestra estatura o envergadura y disponga de correas de sujección para la cintura, pues de ese modo el peso no se cargará únicamente sobre los hombors, sino que también reposará en las caderas.
En cuanto a las prendas, la principal para el peregrino es el calzado. Debe de ser cómodo y adecuado para recorrer largos trayectos y jamás debemos comenzar el camino con unas botas o zapatillas que sean nuevas, pues no sabemos aún si nos dañarán o no los pies. Es importante que no calen y que dispongan de una suela estriada que tenga agarre, y que nos calcemos siempre con calcetines de algodón.
Es costumbre del peregrino que realiza el Camino de Santiago, continuar hasta Finisterre, lugar que se consideraba el fin del mundo conocido. En el cabo de Finisterre, sobre un bello acantilado, muchos peregrinos han tomado la costumbre de abandonar allí los zapatos que le acompañaron gran parte del camino. Muchos los dejan atados a un poste eléctrico que hay junto al borde del acantilado, cerca del faro de Finisterre. Otra costumbre, esta sí con arraigo histórico, es la de quemar las ropas en un acto de purificación que simboliza deshacerse de todo lo material y dejar atrás la vida pasada.
Personalmente, ambas costumbre me parecen una guarrería, ya que el volúmen de personas que llegan hasta aquí, sobre todo en año Xacobeo, es mucho más elevado que tradicionalmente, y estas prácticas afean el lugar, que es bellísimo, convirtiéndolo en un auténtico vertedero, por lo que mi recomendación es que no abandonéis allí vuestras ropas o zapatos y respetéis el entorno natural.
Continuando con los consejos, nos referiremos a la ropa. Lleva siempre prendas acordes con la época del año en la que vayas a recorrer el Camino, si es verano ropa fresquita y si es invierno ropa de abrigo. No obstante, ten en cuenta que en el norte de España, aún en verano, es muy probable que llueva y que durante la noche bajen bastante las temperaturas, por lo que no estará de más que incluyas en tu equipaje un chubasquero y una sudadera gruesa.
Por supuesto, debemos pensar en llevar un saco de dormir y una esterilla, pues en ocasiones los albergues estarán llenos y nos tocará dormir en el suelo. Lleva también una toalla, bolsa de aseo con lo estrictamente necesario y papel higiénico.
No cargues con ollas o utensilios de cocina, a lo largo del camino hay infinidad de bares o posadas donde se puede comer muy bien a un precio económico, pero no olvides la cantimplora, navajita, cuchillo y tenedor.
Finalmente, pero no por eso menos importante, prepara un botiquín con analgésicos, antiinflamatorios, vendas, tiritas, tijeras, una aguja estéril por si necesitas curarte alguna ampolla, un antiséptico y tapones para los oídos. Con estos consejos seguro que tu travesía será más agradable. ¡Buen Camino!
Buenos consejos para el camino. La verdad que el botiquín si se quiere, se puede prescindir en buena parte, porque se puede comprar todo por el camino según haga falta, pero bueno, nunca está de más alguna pastillita ya que no pesan nada…
Un saludo!
Muy buena guía. He hecho el Camino 3 veces (2 en bici y 1 andando) y mi mayor consejo es llevar lo menos posible o casi nada. Monodosis de champús (muestras de farmacia), monodosis de medicinas…todo lo que sea usar y reciclar. La última vez mi alforja pesaba 3,5 kgs en la bici y ni un día olí a 2 cangrejillo ni me faltó botiquín. Además de que tampoco me gasté mucha pasta. Es cuestión de economizar y disfrutar del camino y la naturaleza.
Estoy totalmente de acuerdo, que una de las cosas mas importante es el calzado. Yo trabajo en este sector y por deformación profesional me fijo mucho en los pies y he visto cosas increíbles. Incluso pies deformados por las ampollas.
y por cierto EME yo también lo he hecho en bici y mis alforjas pesaban 32kilos hasta que tire la sartén, los cazos, la comida, jajjaa.