Este año he tenido la oportunidad de asistir a un festival mítico: el Sziget. Es un FESTIVAL -sí, con mayúsculas- emplazado además en una ubicación sin igual: una singular isla en el río Danubio a su paso por la encantadora ciudad de Budapest.
El programa musical del festival es excelente por su variedad, hay ritmos para todos los gustos, artistas de gran variedad de estilos entre los que seguro que todos los asistententes encuentran el escenario perfecto al que acercarse a cantar, bailar y aclamar a sus grupos favoritos. Es difícil elegir a dónde ir en algunos momentos, ya que hay muchas alternativas y muy buenas.
Yo gocé, en tre muchos otros, con la música de Mika, ¡qué energía tiene este chico! Es curioso ver que el folklore húngaro defiende su hueco en Sziget. Todo el cartel del Festival supera los 200 artistas: Blur, Mystery Jets, Skunk Anansie, David Ghetta, Editors, Franz Ferdinand, Biffy Clyro, Bad Religion, The Cribs, Tame Impala, Empire of the Sun y muchos más.
Año tras año Sziget mejora la calidad de sus servicios. Un programa con 54 localizaciones diferentes con diversas actividades, en un área de ¡760 kilómetros cuadrados! 7500 personas trabajando intensamente durante 3 semanas ocupándose de todos los detalles, hasta las luces de Navidad que por la noche han dado un ambiente mágico a la isla. 400 especialistas médicos, 1200 guardas de seguridad y 1750 WCs para que no hagas colas ¡todo listo para que no haya nada de lo que preocuparse más que de divertirse!
Para tu tranquilidad, a pesar de la aglomeración que todo festival implica, te daré un buen dato: la seguridad es uno de los puntos fuertes no sólo de Sziget, sino de todo este país, uno de los más seguros de Europa. Genial para todos los viajeros, sobre todo si viajas solo.
Para la ocasión, aunque una elección muy popular es hacer camping en el mismo recinto del festival, yo me alojé en el Hotel Aquincum, que está muy cerquita del festival, y así aproveché la ocasión para disfrutar de algunas de las ventajas de estar en Budapest en verano. Hungría es un país que destaca por su riqueza termal. En el propio hotel hay un spa con aguas termales que te ayudan a relajar el cuerpo y la mente después de la frenética actividad del festival.
Como dato curioso, te cuento que merece la pena darde un paseo hasta la Western Station o Estación Occidental, que es espectacular. Además, dentro de ella puedes encontrar algo anecdótico: un espacio de restaurante y cafetería de McDonalds realmente elegante. Se dice que posiblemente es el más antiguo y más bonito que existe ¿estás de acuerdo?
Sziget es un festival muy especial. Desde 1993, su éxito se dispara meteóricamente. Hoy, no sólo es una experiencia visual, es un espectáculo para todos los sentidos, risas, diversión y buen rollo concentrado ¡¡te esperamos el año que viene en la Isla de Sziget, acompáñanos!!
