Si existe un clima ideal para el senderismo sin lugar a dudas ese es el de Gran Canaria. Con una temperatura estable casi todo el año que ronda los 25 grados, con poquísimas lluvias y un sol amable usualmente menos fuerte por el efecto de un vientecillo permanente, los paisajes naturales se convierten en un paraíso para los amantes del senderismo.
Entre los múltiples senderos canarios uno de los más atractivos es el conocido como la ruta 21, que parte de Cuevas Blancas para llegar a uno de los rincones más bellos de la isla: la Caldera de Tenteniguada. Embarcándonos en esta aventura podremos apreciar panorámicas que abarcan todo el este y el norte de Gran Canaria pero si iniciamos la andadura en un día despejado, la vista del Teide nos asombrará con su imponencia.
El recorrido comienza en el embalse de Cuevas Blancas, una de las más antiguas de la isla; para después dirigirnos al pinar donde señorean los pinos canarios cubiertos de líquenes. Vale aclarar que en algunas ocasiones la humedad ambiente en esta zona es elevada y la niebla es frecuente y es que en este sendero en particular, el agua parece haberse convertido en una artesana caprichosa que ha modelado el camino a su antojo.
Poco a poco van haciendo su aparición las retamas amarillas, los codesos y alguna que otra flor de color exuberante que nos regala un paisaje totalmente diferente al que hemos dejado a nuestras espaldas.
Pero las sorpresas no terminan, aún nos aguarda la próxima estación marcada por las brechas volcánicas, los depósitos sedimentarios y la lava.
Al llegar a Roque Jincado o el “Peñón Rajado”, como también se le conoce por su singular forma, apreciaremos una mina abandonada junto a un estanque excavado en la roca. Un sitio donde aún se mantienen los restos de una intensa labor minera.
Luego nos acogerá El Rincón, un pueblecito rural donde podremos apreciar el folclore canario en su máxima expresión. La arquitectura tradicional, la artesanía y, por supuesto, la excelente comida; nos dispensarán un espacio ideal para descansar.
Como datos técnicos les adelanto que, aunque este sendero es relativamente corto (comprende casi 9 kilómetros), tiene un grado de dificultad medio fundamente debido al fuerte desnivel existente que nos compulsará a superar varias rampas medianamente peligrosas.