Skip to content

anapiccola Posts

Compras navideñas en el centro de Madrid

Las Navidades son la época de compras por excelencia, la gente se echa a las calles, que, adornadas con miles de luces, se vuelven un fuerte reclamo para que la gente pasee entre escaparates y se haga con algún que otro capricho. En Madrid, en las proximidades de estas fechas, las calles que rodean la Puerta del Sol se convierten en un constante trasiego de gente.

Algunos de los lugares preferidos por los madrileños para pasear en época navideña son la Gran Vía y la conocida como plaza de Callao, en la que cada año se levanta un enorme árbol de Navidad y donde los edificios se adornan con llamativos luminosos. Se trata de una zona especialmente bulliciosa, pues es aquí donde la Gran Vía confluye con la calle Preciados, una de las más concurridas no sólo de España, sino del mundo entero.

El enorme árbol de Navidad que adorna la plaza de Callao lo instala cada año El Corte Inglés como reclamo comercial, que además adorna su fachada con motivos navideños. En ese mismo punto se encuentra el Fnac, donde comprar música, libros, películas, videojuegos… Aquí encontrará de todo para regalar en Navidad.

Preciados es la calle comercial por excelencia. A lo largo de ella y de su paralela, la calle del Carmen, encontraremos diferentes establecimientos de las marcas de ropa con mayor presencia en nuestro país, tales como Blanco, Zara, Bershka, Springfield, Mango, H&M… ¡Un paraíso para aquellos que quieren ir siempre a la última moda! En ambas calles pueden encontrarse zapaterías de bajos precios y pequeñas tiendas de abalorios y complementos.

La calle Preciados es, además, el lugar preferido por músicos callejeros, mimos y actores de todo tipo. A cada paso nos encontraremos con peculiares personajes, desde aquellos que nos asustan cuando pasamos por su lado a los que nos ofrecen un repertorio de música de cualquier género imaginable. Mimos caracterizados como hombres de barro, malabaristas, manteros y mendigos que acuden a tan comercial calle buscando caridad, conviven los unos con los otros de un modo que se antoja casi medieval.

Atravesando la Puerta del Sol, sin olvidarnos, eso sí, de comprar lotería de Navidad en la administración de Doña Manolita, continúa la zona comercial por la calle Carretas, en la que abundan las zapaterías y las tiendas de ropa y complementos. Sin embargo, la novedad en esta zona se localiza al final de la calle, en la Plaza de Jacinto Benavente donde, bajo una enorme araña de Navidad, se halla instalada una feria de artesanía.

Bruselas: La ciudad de las mil facetas

Bruselas es una ciudad que no oculta su pasión por el “buen vivir”. A cada paso podrás darte cuenta de ello, sobre todo si te detienes en alguna de las cafeterías de aire romántico a degustar alguno de los exquisitos bombones de manufactura nacional. Pero más allá de este ambiente refinado, Bruselas esconde sitios increíbles que juegan con nuestra percepción como el Museo de Magritte o la casa Museo de Víctor Horta.

Pero para iniciar a descubrir los secretos de Bruselas nada mejor que visitar la Gran Place, una de las plazas más bellas del mundo donde sus imponentes edificios parecen relatarnos historias de tiempos pasados. El Ayuntamiento es sin lugar a dudas uno de los edificios más impresionantes con su torre gótica de casi cien metros de altura. Como dato curioso les apunto que es uno de los pocos edificios en el mundo que brinda la falsa percepción de simetría aunque si lo miramos con un mínimo de atención, podremos percatarnos que realmente no es simétrico.

Foto tomada por Leandro

Otras exquisiteces de la arquitectura y del interiorismo nos esperan en el Palacio Real de Bruselas, cuya reconstrucción data del siglo XVIII. No obstante, sería un verdadero pecado no visitar en su interior la Habitación de los Espejos, un exquisito juego de luces y cristales o la Habitación del Imperio, donde descansan jarrones enormes delicadamente trabajados.

Las personas más audaces tendrán una cita obligada en la Casa Museo Horta. Toda una aventura ya que en la misma no existen pisos tal y como los conocemos y las paredes son casi inexistentes, brindándonos una perspectiva totalmente nueva y retadora. Pero otro tanto nos sucederá en el Museo de Magritte, donde podremos apreciar el surrealismo en toda su expresión a través de casi 250 objetos de arte que se distribuyen en los cinco pisos de la que fuese la casa del pintor.

Aquellos que prefieran la modernidad también tienen sus espacios reservados en Bruselas, como es el caso del Atonium, una impresionante figura de una célula de acero cristalino enclavada en un verde totalmente relajante.

Foto tomada por p2bg

Pero si andamos atentos, Bruselas nos sorprenderá con algunos monumentos o decoraciones sui generis. Quizás a más de uno le asombrará hallarse con fachadas enteras de edificios decorados con cómics, pero no podía ser de otra manera en la “capital del cómic” o encontrarse con el célebre Manneken Pis, la representación de un niño que orina totalmente desnudo en pleno centro de la plaza.

Foto tomada por sylvainratton

Precisamente en esta diversidad radica el encanto de Bruselas, un sitio donde se puede degustar tranquilamente del té y los pasteles cuando vamos de compras remontándonos a siglos anteriores pero a la misma vez, cuando cae la noche, la modernidad nos tomará del brazo para seducirnos con el sabor de la cerveza en alguno de los pubs locales.

El mundo fantástico del Parque Warner de Madrid

No hace falta ser un niño para volver a soñar, mucho menos si nos decidimos a adentrarnos en un mundo de fantasía del que es difícil escapar. Los parques de atracciones tradicionales han dado paso en España, en los últimos años, a parques temáticos de ilusión en los que tanta importancia como montañas rusas, norias o lanzaderas tiene un entorno creado para seducir al visitante, lleno de misterios, de colores, de seres fantásticos.

Por eso no me canso de recorrer el Parque Warner, en Madrid, porque se ha cuidado tanto el detalle que siempre que acudo encuentro cosas nuevas. Además, es posible pasar del Lejano Oeste a un Mundo de Superhéroes con tan sólo dar un paso. Paseando por sus intalaciones es posible descubrir recreaciones de Hollywood Boulevard, los estudios de la Warner Bross o, mejor aún, adentrarse en el fantástico mundo de Cartoon Village, en el que personajes como el diablo de Tazmania, Buggs Bunny, el Coyote o el Correcaminos nos salen al paso.

Viejos carromatos y abandonados cementerios, hoteles encantados y tenebrosas gárgolas que nos observan desde lo alto de un castillo, edificios de época y, por supuesto, el embarcadero, donde se desarrolla uno de los espectáculos más llamativos de los que tienen lugar en el recinto. Peleas de vaqueros, bailes de cabaret o asistir al nacimiento de Batman son algunas de las sorpresas que podemos encontrar.

Pero cómo olvidarnos de las atracciones. Mi favorita es, y será siempre, la montaña rusa de agua, aquí llamada Cataratas Salvajes. La descarga de adrenalina llega con la caída de La Venganza del Enigma, con 100 metros de caída libre. O el Stunt Fall, una especie de montaña rusa de efecto boomerang de la que sólo existen tres en el mundo y que nos hace caer en picado a una velocidad de 100 kilómetros por hora.

Pero, ¿cuáles son las desventajas? Lo peor del Parque Warner llega, sin duda, a la hora de la comida. Los diferentes restaurantes de comida rápida ofrecen menús de baja calidad a elevados precios y, como suele ocurrir en estos casos, no se permite traerse la comida de casa, por lo que hay que acabar “tragando”. Otra desventaja son las largas colas que se forman durante los fines de semana o días de mayor afluencia, sin olvidar que en verano el calor puede ser verdaderamente inaguantable. Pero a pesar de ello, la visita vale la pena.

Senderismo en Gran Canaria: de Cuevas Blancas a la Caldera de Tenteniguada

Si existe un clima ideal para el senderismo sin lugar a dudas ese es el de Gran Canaria. Con una temperatura estable casi todo el año que ronda los 25 grados, con poquísimas lluvias y un sol amable usualmente menos fuerte por el efecto de un vientecillo permanente, los paisajes naturales se convierten en un paraíso para los amantes del senderismo.

Entre los múltiples senderos canarios uno de los más atractivos es el conocido como la ruta 21, que parte de Cuevas Blancas para llegar a uno de los rincones más bellos de la isla: la Caldera de Tenteniguada. Embarcándonos en esta aventura podremos apreciar panorámicas que abarcan todo el este y el norte de Gran Canaria pero si iniciamos la andadura en un día despejado, la vista del Teide nos asombrará con su imponencia.

El recorrido comienza en el embalse de Cuevas Blancas, una de las más antiguas de la isla; para después dirigirnos al pinar donde señorean los pinos canarios cubiertos de líquenes. Vale aclarar que en algunas ocasiones la humedad ambiente en esta zona es elevada y la niebla es frecuente y es que en este sendero en particular, el agua parece haberse convertido en una artesana caprichosa que ha modelado el camino a su antojo.

Poco a poco van haciendo su aparición las retamas amarillas, los codesos y alguna que otra flor de color exuberante que nos regala un paisaje totalmente diferente al que hemos dejado a nuestras espaldas.

Pero las sorpresas no terminan, aún nos aguarda la próxima estación marcada por las brechas volcánicas, los depósitos sedimentarios y la lava.

Al llegar a Roque Jincado o el “Peñón Rajado”, como también se le conoce por su singular forma, apreciaremos una mina abandonada junto a un estanque excavado en la roca. Un sitio donde aún se mantienen los restos de una intensa labor minera.

Luego nos acogerá El Rincón, un pueblecito rural donde podremos apreciar el folclore canario en su máxima expresión. La arquitectura tradicional, la artesanía y, por supuesto, la excelente comida; nos dispensarán un espacio ideal para descansar.

Como datos técnicos les adelanto que, aunque este sendero es relativamente corto (comprende casi 9 kilómetros), tiene un grado de dificultad medio fundamente debido al fuerte desnivel existente que nos compulsará a superar varias rampas medianamente peligrosas.

¿Burning Man o Nunca Jamás?

Un año más, Septiembre se convierte en un mes realmente inolvidable. Este año, de nuevo decenas de miles de personas aprovisionadas con absolutamente todo lo necesario para vivir una auténtica semana de ensueño, se dirigen hacia Black Rock City (BRC), en mitad del blanquísimo desierto de Nevada. Aquí se hace realidad lo que parece imposible… ¡bienvenidos a Nunca Jamás!.

La cola de coches, vehículos mutantes, autocaravanas, motos y bicicletas llega a las puertas de esta ciudad mágica donde, desde el domingo por la tarde, todo parece un cuento que dura sólo una intensa semana. El broche de oro de esta celebreación sin par es la quema del hombre, acto del que toma su nombre este festival sin parangón: Burning Man.

Tras una cálida bienvenida, al atravesar las puertas del recinto, te sumerges en una festiva explosión de creatividad. Todo es fantástico: las personas, dónde viven, qué hacen, cómo participan, cómo se mueven y desplazan, qué construyen y exponen, cómo se relacionan y comparten todo -ya que no hay ningún tipo de comercio ni dinero dentro de Black Rock City, pero das y recibes regalos de lo más curioso-.

Una vez dentro, los singulares habitantes de esta ciudad, ataviados con los trajes más imaginativos… o sin traje alguno, sintiéndose totalmente libres de hacer cualquier cosa -menos ensuciar el recinto- acampan y conviven una semana. Día y noche, hay un sinfín de cosas que ver y hacer. Actividades preparadas, improvisadas, esculturas y arte popular por doquier.  El paisaje de la Explanada, y de toda Black Rock City es sorprendente tanto de día como de noche.

Las habituales tormentas de arena del desierto son todo un reto a superar por “Burners” -como habitualmente se llama a los habitantes de BRC-. Cómo vivirlas: es una fuente de anécdotas.

Esta singular fiesta se repite cada año desde 1986, año en el que comenzó entre un grupo de 20 amigos de San Francisco. Cada verano atrae a más y más personas -este año casi 60.000 registradas- y se extiende por el mundo, alcanzando lugares como Nowhere, en España. Si tenéis la oportunidad de ir, ya sabéis ¡llevaos mucha agua, preparad la maleta dejando que vuestra imaginación vuel  y poned rumbo a una semana increíble e inolvidable!

Agaete y Arucas: dos caras de una misma moneda

Mar y montaña, tradiciones e historia se combinan en dos pequeños pueblos de Gran Canaria: Agaete y Arucas. Si bien el principal atractivo por el cual muchas personas llegan a Gran Canaria son sus playas y su clima, bien vale la pena alejarse de los recorridos turísticos para descubrir una isla llena de usanzas ancestrales y rincones mágicos por develar.

Como la isla es pequeña, ambos pueblos pueden recorrerse en un solo día. Particularmente aconsejo iniciar por Agaete, un pueblo de pescadores donde el tiempo parece haberse detenido.

Si arribamos a Puerto de las Nieves lo primero que nos deslumbrará será la perfecta conjugación entre las imponentes montañas y el azul del mar. Una vez recuperados del primer impacto apreciaremos una extraña formación rocosa que emerge del mar, es el celebérrimo Dedo de Dios por el cual los canariones suspiran pues en una tormenta el frágil índice cayó al mar. Aún hoy turistas de las más disímiles latitudes arriban en la búsqueda de tan singular fenómeno de la naturaleza.

Otro de los aspectos que impacta de Agaete es la tranquilidad y el silencio que se respiran en el aire. Para aquellos que llegan de una gran ciudad es una verdadera bendición e incluso hay quienes se albergan en su pequeño pero excelente Hotel. Algunos aprovechan este ambiente mágico para gozar su pequeña playa mientras que otros prefieren desandar un paseo solitario sobre el mar que regala una comunión con el vaivén de las olas.

Por supuesto, sería un pecado abandonar este sitio sin degustar el marisco local en alguno de los pequeños restaurantes que miran al mar y que ofrecen precios módicos. Para finalizar el recorrido se puede salir por el pueblo, un conjunto de pintorescas casas de pescadores con motivos marineros.

Siguiendo el camino podemos llegar a Arucas, un pequeño pueblo canario de calles estrechas y empinadas donde solo sus habitantes nos hacen rememorar que estamos en pleno siglo XXI.

Al visitante desprevenido le tomará por sorpresa la Iglesia de San Juan Bautista, su imponente construcción resale al año 1909 y es de estilo neogótico. Debo puntualizarles que la iglesia normalmente abre a partir de las 16.30 y en ocasiones es necesario empujar un poco la puerta para entrar pues usualmente permanece entrecerrada, quizás con el propósito de preservar un ambiente sacro. Una vez dentro sobresalen sus vitrales, espacio por el cual la luz parece jugar con los arcos y cúpulas del recinto. También pueden apreciarse las más variadas piezas escultóricas de procedencia italiana, flamenca y andaluza.

Continuando el camino encontraremos pequeños restaurantes y cafeterías donde degustar un aperitivo. Si se deciden por la cafetería-bocata Siroco no se dejen maravillar por el ambiente de taberna antigua del primer piso y suban hasta el segundo, su explosión de luz les subyugará.

A pocos pasos se encuentra el Parque Municipal, un espacio relajante donde podrán hacer un alto en el camino gozando de una temperatura de al menos tres grados en menos. Si deciden ir unos metros más allá, podrán toparse con la Fábrica de ron Arehucas, fundada en el año 1884, actualmente produce la bebida emblemática de la isla que, sin dudarlo, amerita una degustación.

Palacio Real de Madrid, solemne morada de antiguos reyes

Madrid cuenta con un valioso patrimonio monumental que debe ser conocido no sólo por los que viven en la capital, sino por cualquier viajero que se acerque hasta la ciudad a pasar unos días. Hoy quisiera detenerme en el Palacio Real, la residencia oficial del Rey de España, aunque en realidad no vive en él, sino que lo emplea para recepciones y ceremonias de Estado.

El Palacio Real de Madrid se encuentra muy cerca de la Puerta del Sol, sólo hay que caminar por la calle Arenal hasta llegar a la Plaza de Oriente que posee unos preciosos jardines llenos de estatuas en honor a varios reyes españoles, setos y flores, y donde existen zonas de juego infantil. Frente a ella se levanta, majestuoso, el Palacio, que se terminó de construir en 1755. Su primer morador fue Carlos III y desde aquellos tiempos ha permanecido intacta la decoración de muchas de sus salas.

Ya desde que se accede al Palacio invade al visitante una sensación de grandeza. Especialmente llamativo es el Salón del Trono, con sus muebles dorados y de terciopelo y el imponente fresco que decora la bóveda. A ambos lados de la silla real encontramos dos leones de bronce que trajo hasta aquí el mismísimo Velázquez.

Lo más curiosos disfrutaréis sobre todo en la visita a la Real Armería, que posee una de las colecciones más importantes y donde maravilla descubrir armas y armaduras de la época medieval y de importantes reyes como Carlos V y Felipe II. Un halo de misterio envuelve esta sala y mientras contemplamos las numerosas piezas casi somos capaces de ver las sangrientas batallas que con estas armas se libraron en el pasado.

Si hemos llegado hasta aquí es imprescindible que visitemos los jardines del Palacio Real de Madrid, conocidos con el nombre de Campo del Moro, pues fue en este lugar en el que se asentaron los almorávides cuando quisieron conquistar la ciudad de Madrid en el año 1100. Sus 20 hectáreas de jardines y el exquisito cuidado con que se mantiene lo convierten en el mejor jardín de toda la ciudad, a pesar de que mucha gente no llega a conocerlos, pues la entrada se ubica en el Paseo de la Virgen del Puerto, que queda un poco retirado de la entrada al Palacio, pero de verdad que merece la pena dar un paseo y contemplar sus fuentes.

Monfragüe: el abismo que devuelve la mirada

Pocos lugares he contemplado que hayan llamado tanto mi atención como el Parque Natural de Monfragüe, en la provincia extremeña de Cáceres.  Se trata de un precioso valle por el que discurren los ríos Tajo y Tiétar, un paraje natural de belleza excepcional que se prolonga durante 30 kilómetros y que está salpicado de sierras bajas de bosque y matorral mediterráneo.

Asomarse sobre el Tajo en estos parajes y arrancarle ecos a sus escarpados peñascos provocan en el visitante un efecto casi hipnótico. Sus aguas verdes, de espejo, le roban reflejos a la tierra y ofrece estampas de una naturaleza salvaje y una simetría vertiginosa. Conviene acercarse si sufrimos una época de estrés, relajarnos en el silencio de Monfragüe y perdernos en la inmensidad de sus paisajes.

Cantabria, siempre con ganas de volver

No es la primera, ni la última vez que escribiré sobre Cantabria. Cada vez que regreso me quedo con ganas de volver y es rara la semana en la que no repaso los maravillosos recuerdos con los que tanto me hace soñar. Sin duda, aunque parezca increbile, hay sitios -todos los tenemos- que nos hacen volar sobre montañas y aterrizar en un mundo que parece idílico y lleno de felicidad. Cantabria es uno de ellos. Se puede disfrutar en cualquier estación del año.

En mi último viaje aproveché para visitar sitios diferentes teniendo como lugar de descanso el Hotel Camino Real de Selores, en el Valle de Cabuérniga. Del hotel solo puedo hablar maravillas. La decoración de cada habitación es diferente, amplias, con jacuzzis grandísimos, en una zona rural muy acogedora y apartada del mundanal ruido, con unos desayunos espectaculares y una cocina de alta gastronomía a precios razonables, la bodega era muy completa y la atención de todo el personal muy cercana.

Al estar bien comunicado nos permitió en pocos días hacer diferentes planes:

Para un poco de aventura y cultura geológica fuimos a la Cueva El Soplao. Se le llama así porque cada vez que se descubre una nueva cavidad, tan grande como esta, al romper la últimas rocas en la perforación el aire comprimido desde hace miles de años sale despedido hacia fuera soplando a sus descubridores. Es un lugar enigmático y merece la pena ir de visita turística, aunque también probaremos en próximos viajes a hacer espeleología por toda la cueva.

Para un poco de conocimiento sobre nuevos sitios estuvimos en Comillas y su playa norteña, San Vicente de la Barquera y Potes. En este último sitio paramos a comer en uno de los mejores restaruantes de la zona. En el Asador El Balcón se come genial por un precio módico, la cantidad de comida es bastante para aquellos que nos gusta salir doblados del restaurante al que vamos -no se desperdicia nada-. La calidad de las carnes hace honor a la zona de montaña y los ganados -casi salvajes- que allí habitan. Y sobre todo, no olvides llamar para reservar una mesa junto a sus ventanales donde podrás disfrutar de toda la vista del valle y del pueblecito con encanto que es Potes.

Benidorm: veraneando en rascacielos

Ya tenía ganas de visitar la ciudad a la que muchos llaman “el Nueva York” de España. Rascacielos por doquier a la orilla del mar, eso es cierto. El ambiente de Benidorm poco tiene que ver con el de la Gran Manzana, ya que esta localidad Valenciana es un lugar de vacaciones por excelencia, ideal para todos públicos, y especialmente popular entre los infatigables viajeros de edad más avanzada.

foto de Berts @idar

Benidorm está hecha para el turista: con 17ºC de temperatura media a lo largo de todo el año, recibe visitantes constantemente, y tiene para ellos una amplia oferta de entretenimiento: bares, discotecas, sidrerías, todo tipo de actividades deportivas, actuaciones musicales, etc.

Las extensas playas de Levante y Poniente se abarrotan día a día de gente, animación y bullicio. Además, otras un poquito menos populares como la Cala de Ximo o la Playa del Albir, ofrecen un ambiente más tranquilo.

Foto de Berts @idar

El festival de música “Low Cost” ha hecho de Benidorm un destino imprecindible para los amantes de los festivales veraniegos. Con un espléndido cartel, este festival ha unido en una gran fiesta a locales y turistas bailando al ritmo de grandes grupos como Placebo o Los Planetas.

Al frente de la cuidad, la Isla de Benidorm es también un punto muy atractivo. Se puede hacer una excursión a ella en ferry partiendo desde el centro de la ciudad. Al llegar, puedes disfrutar de sus playas y, cómo no, de una buena comida en su exclusivo restaurante, especializado en tapas mediterraneas, arroces y fideua.