Uno de los viajes más bonitos que se puede hacer, es un recorrido por el Wadi Rum, el desierto rojo que fascinó a Lawrence de Arabia y que hoy en día recibe a cientos de turistas cada mes para esconderlos entre sus arenas, arroparlos con su sábana de estrellas y despertarles ese beduino que todos llevamos dentro.
El viaje puede sonar muy complicado. Ir a Jordania ya supone palabras mayores, pero una escapada fácil -y razonable en precio- se puede hacer si se encuentra una oferta al aeropuerto de Sharm el-Sheij, desde donde un autobús puede llevarte en sólo dos horas y media por tierra hasta el ferry que conecta la Península del Sinai con la ciudad de Aqaba, al sur de Jordania. Es verdad que siempre es posible encontrarse con algunas contratiempos egipcios, en cuestión de horarios, pero no permitas que eso estropee el viaje, tómalo como parte de la aventura.