Ya hemos visto que la vieja Europa es por excelencia y por derecho la cuna de los mercadillos navideños. Sin embargo no podemos olvidar que, aunque con menos solera, la Navidad se celebra en casi todos los lugares del mundo y, por tanto, cruzando el charco podemos encontrarnos con puestos ambulantes de mayor o menor entidad en cualquier sitio.
Como no podía ser de otra manera, la reina del consumismo, la ciudad que nunca duerme, la Gran Manzana, Nueva York, Manhattan… es toda ella, en sí misma, un gigantesco mercado donde, con más razón en estas fechas, todo se compra y se vende. No obstante, no puedes perderte el Holiday Market de Columbus Circle, casi en esquina con la calle 58.
El otro gran foco de los mercados navideños al estilo USA lo encontramos en Chicago, concretamente en Chicagoland, un barrio de la ciudad que congrega la mayor parte del vecindario cristiano y que celebran la Navidad a lo grande, con un mes entero dedicado a las compras navideñas.
En el continente africano las navidades no son blancas, pero las comunidades cristianas también celebran las fechas. Son países más pobres, pero con muchísima más imaginación a la hora de elaborar sus regalos. Así los vendedores ambulantes de Senegal o Gambia alternan los objetos populares y artesanales, como los batiks y las tallas de madera con la venta de abetos de plástico al estilo europeo.
Por otra parte, Francia aún conserva reminiscencias de su pasado colonial y así, en los departamentos de ultramar de Reunión y Mayotte, en el Océano Índico, el espíritu africano se mezcla con los marché de nöel franceses.
En la playa de Bondi, en Australia, el mercadillo navideño alterna gorros de Papá Noel y todo tipo de bebidas alcohólicas, hasta el punto de que las autoridades han decidido extremar la vigilancia durante estas fechas. La razón es que la mítica playa se convirtió en un refugio para quienes no deseaban celebrar la Navidad. Sin embargo, el paso del tiempo ha convertido las fechas en un ‘tradicional’ punto de reunión para mochileros llegados de todas partes del mundo que toman la playa, beben y celebran su jolgorio en medio de una calurosa navidad austral.
Y si andas por Japón, el día realmente grande es el de Nochebuena, donde mercadillos y restaurantes celebran algo parecido a San Valentín. Allí el mercado no es navideño, es romántico y las parejas deben comer pollo frito y tarta de fresas para conmemorar su amor.
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