En Navidad afloran las ilusiones, los deseos y buenos y propósitos para niños y mayores, aquí y allá… en todo el mundo. Es la época más típoca para intercambiar regalos, y sobre todo para los más pequeños, un tiempo de alegrías y sorpresas al recibirlos. En Steyr, en Alta Austria, la Navidad se vive de una manera muy especial.
Steyr es todo un referente como “Ciudad de Navidad”, donde se puede realizar un recorrido de Peregrinación en torno a la figura del Niño Jesús, conocido como “Cristkindl“. Su singular tradición de Belenes artesanales tiene en el Belén Mecánico de Pöttmess una de sus mejores representaciones. Esta gran obra de arte consta de casi 300 figuras de madera talladas a mano, que se mueven por un paisaje bíblico lleno de detalles históricos gracias a mecanismos de cadenas de bicicleta y y múltiples engranajes. Este Belén, construido por Karl Klauda, se conserva desde el año 1.855. Curiosamente, el propio autor está representado en una de las figuritas que pasean por el Belén. En el mismo lugar, Pöttmesser, se puede visitar una de las mayores escenas Navideñas del mundo: un Belén de 778 figuras sobre un paisaje de 58 m2.
En la ciudad de Steyr se celebra cada año un espectacular Mercado de Navidad. Esta temporada se inauguró el día 18 de Noviembre al ritmo de las voces del coro de niños que entonaba canciones alrededor de la representación de “Christkindl”, deseando a todos los asistentes unas felices fiestas. Música, artesanía y cómo no, la bebida típica -el ponche navideño– son lo mejor de los puestos de este entrañable mercado. El ponche se sirve en unas bonitas tazas que, por sólo un euro más, te puedes llevar de recuerdo.
En Steyr, la tradición navideña llega a todos los rincones de la ciudad, y cómo no, en el centro histórico, muy de la Plaza Mayor, hay un Museo Navideño con una colección de 14.000 objetos de decoración navideña, fundado por Elfriede Kreuzberger. Lo más divertido es que parte del museo se puede recorrer en un trenecito que sube y baja, haciendo a sus ocupantes disfrutar de la visita desde una pequeña montaña rusa.
Para reponer fuerzas en el recorrido, lo mejor para entrar en calor son las sopas tradicionales, como la su rica “frittaten suppe”, una sopa tradicional con finas tiritas de crêpes.
La tradición se respira a través de los centenarios Belenes, paseando por el Mercadillo Navideño -que recuerda a los puestos medievales-, dejándose sorprender por el sistema de correos, y además, paseando con el Sereno hasta lo alto de la torre de la Iglesia o al interior del “Taller de Angelico”, donde puedes disfrutar de una típica función de marionetas que representan en el dialecto local cómo era la vida en la región en la época de los gremios de artesanos. ¿Hemos dicho el Sereno?
Sí, efectivamente. En Steyr se conserva la antigua tradición de los vigilantes nocturnos controlando la ciudad desde la puesta del sol hasta el amanecer, y custodiando sus llave. Hoy, en su mayoría son mujeres y hacen ahora, además de vigilantes, la función de guías turísticas, muy útiles para el visitante que quiere descubrir la ciudad tras caer el sol.