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Category: destinos destacados

Agaete y Arucas: dos caras de una misma moneda

Mar y montaña, tradiciones e historia se combinan en dos pequeños pueblos de Gran Canaria: Agaete y Arucas. Si bien el principal atractivo por el cual muchas personas llegan a Gran Canaria son sus playas y su clima, bien vale la pena alejarse de los recorridos turísticos para descubrir una isla llena de usanzas ancestrales y rincones mágicos por develar.

Como la isla es pequeña, ambos pueblos pueden recorrerse en un solo día. Particularmente aconsejo iniciar por Agaete, un pueblo de pescadores donde el tiempo parece haberse detenido.

Si arribamos a Puerto de las Nieves lo primero que nos deslumbrará será la perfecta conjugación entre las imponentes montañas y el azul del mar. Una vez recuperados del primer impacto apreciaremos una extraña formación rocosa que emerge del mar, es el celebérrimo Dedo de Dios por el cual los canariones suspiran pues en una tormenta el frágil índice cayó al mar. Aún hoy turistas de las más disímiles latitudes arriban en la búsqueda de tan singular fenómeno de la naturaleza.

Otro de los aspectos que impacta de Agaete es la tranquilidad y el silencio que se respiran en el aire. Para aquellos que llegan de una gran ciudad es una verdadera bendición e incluso hay quienes se albergan en su pequeño pero excelente Hotel. Algunos aprovechan este ambiente mágico para gozar su pequeña playa mientras que otros prefieren desandar un paseo solitario sobre el mar que regala una comunión con el vaivén de las olas.

Por supuesto, sería un pecado abandonar este sitio sin degustar el marisco local en alguno de los pequeños restaurantes que miran al mar y que ofrecen precios módicos. Para finalizar el recorrido se puede salir por el pueblo, un conjunto de pintorescas casas de pescadores con motivos marineros.

Siguiendo el camino podemos llegar a Arucas, un pequeño pueblo canario de calles estrechas y empinadas donde solo sus habitantes nos hacen rememorar que estamos en pleno siglo XXI.

Al visitante desprevenido le tomará por sorpresa la Iglesia de San Juan Bautista, su imponente construcción resale al año 1909 y es de estilo neogótico. Debo puntualizarles que la iglesia normalmente abre a partir de las 16.30 y en ocasiones es necesario empujar un poco la puerta para entrar pues usualmente permanece entrecerrada, quizás con el propósito de preservar un ambiente sacro. Una vez dentro sobresalen sus vitrales, espacio por el cual la luz parece jugar con los arcos y cúpulas del recinto. También pueden apreciarse las más variadas piezas escultóricas de procedencia italiana, flamenca y andaluza.

Continuando el camino encontraremos pequeños restaurantes y cafeterías donde degustar un aperitivo. Si se deciden por la cafetería-bocata Siroco no se dejen maravillar por el ambiente de taberna antigua del primer piso y suban hasta el segundo, su explosión de luz les subyugará.

A pocos pasos se encuentra el Parque Municipal, un espacio relajante donde podrán hacer un alto en el camino gozando de una temperatura de al menos tres grados en menos. Si deciden ir unos metros más allá, podrán toparse con la Fábrica de ron Arehucas, fundada en el año 1884, actualmente produce la bebida emblemática de la isla que, sin dudarlo, amerita una degustación.

Palacio Real de Madrid, solemne morada de antiguos reyes

Madrid cuenta con un valioso patrimonio monumental que debe ser conocido no sólo por los que viven en la capital, sino por cualquier viajero que se acerque hasta la ciudad a pasar unos días. Hoy quisiera detenerme en el Palacio Real, la residencia oficial del Rey de España, aunque en realidad no vive en él, sino que lo emplea para recepciones y ceremonias de Estado.

El Palacio Real de Madrid se encuentra muy cerca de la Puerta del Sol, sólo hay que caminar por la calle Arenal hasta llegar a la Plaza de Oriente que posee unos preciosos jardines llenos de estatuas en honor a varios reyes españoles, setos y flores, y donde existen zonas de juego infantil. Frente a ella se levanta, majestuoso, el Palacio, que se terminó de construir en 1755. Su primer morador fue Carlos III y desde aquellos tiempos ha permanecido intacta la decoración de muchas de sus salas.

Ya desde que se accede al Palacio invade al visitante una sensación de grandeza. Especialmente llamativo es el Salón del Trono, con sus muebles dorados y de terciopelo y el imponente fresco que decora la bóveda. A ambos lados de la silla real encontramos dos leones de bronce que trajo hasta aquí el mismísimo Velázquez.

Lo más curiosos disfrutaréis sobre todo en la visita a la Real Armería, que posee una de las colecciones más importantes y donde maravilla descubrir armas y armaduras de la época medieval y de importantes reyes como Carlos V y Felipe II. Un halo de misterio envuelve esta sala y mientras contemplamos las numerosas piezas casi somos capaces de ver las sangrientas batallas que con estas armas se libraron en el pasado.

Si hemos llegado hasta aquí es imprescindible que visitemos los jardines del Palacio Real de Madrid, conocidos con el nombre de Campo del Moro, pues fue en este lugar en el que se asentaron los almorávides cuando quisieron conquistar la ciudad de Madrid en el año 1100. Sus 20 hectáreas de jardines y el exquisito cuidado con que se mantiene lo convierten en el mejor jardín de toda la ciudad, a pesar de que mucha gente no llega a conocerlos, pues la entrada se ubica en el Paseo de la Virgen del Puerto, que queda un poco retirado de la entrada al Palacio, pero de verdad que merece la pena dar un paseo y contemplar sus fuentes.

Cantabria, siempre con ganas de volver

No es la primera, ni la última vez que escribiré sobre Cantabria. Cada vez que regreso me quedo con ganas de volver y es rara la semana en la que no repaso los maravillosos recuerdos con los que tanto me hace soñar. Sin duda, aunque parezca increbile, hay sitios -todos los tenemos- que nos hacen volar sobre montañas y aterrizar en un mundo que parece idílico y lleno de felicidad. Cantabria es uno de ellos. Se puede disfrutar en cualquier estación del año.

En mi último viaje aproveché para visitar sitios diferentes teniendo como lugar de descanso el Hotel Camino Real de Selores, en el Valle de Cabuérniga. Del hotel solo puedo hablar maravillas. La decoración de cada habitación es diferente, amplias, con jacuzzis grandísimos, en una zona rural muy acogedora y apartada del mundanal ruido, con unos desayunos espectaculares y una cocina de alta gastronomía a precios razonables, la bodega era muy completa y la atención de todo el personal muy cercana.

Al estar bien comunicado nos permitió en pocos días hacer diferentes planes:

Para un poco de aventura y cultura geológica fuimos a la Cueva El Soplao. Se le llama así porque cada vez que se descubre una nueva cavidad, tan grande como esta, al romper la últimas rocas en la perforación el aire comprimido desde hace miles de años sale despedido hacia fuera soplando a sus descubridores. Es un lugar enigmático y merece la pena ir de visita turística, aunque también probaremos en próximos viajes a hacer espeleología por toda la cueva.

Para un poco de conocimiento sobre nuevos sitios estuvimos en Comillas y su playa norteña, San Vicente de la Barquera y Potes. En este último sitio paramos a comer en uno de los mejores restaruantes de la zona. En el Asador El Balcón se come genial por un precio módico, la cantidad de comida es bastante para aquellos que nos gusta salir doblados del restaurante al que vamos -no se desperdicia nada-. La calidad de las carnes hace honor a la zona de montaña y los ganados -casi salvajes- que allí habitan. Y sobre todo, no olvides llamar para reservar una mesa junto a sus ventanales donde podrás disfrutar de toda la vista del valle y del pueblecito con encanto que es Potes.

Benidorm: veraneando en rascacielos

Ya tenía ganas de visitar la ciudad a la que muchos llaman “el Nueva York” de España. Rascacielos por doquier a la orilla del mar, eso es cierto. El ambiente de Benidorm poco tiene que ver con el de la Gran Manzana, ya que esta localidad Valenciana es un lugar de vacaciones por excelencia, ideal para todos públicos, y especialmente popular entre los infatigables viajeros de edad más avanzada.

foto de Berts @idar

Benidorm está hecha para el turista: con 17ºC de temperatura media a lo largo de todo el año, recibe visitantes constantemente, y tiene para ellos una amplia oferta de entretenimiento: bares, discotecas, sidrerías, todo tipo de actividades deportivas, actuaciones musicales, etc.

Las extensas playas de Levante y Poniente se abarrotan día a día de gente, animación y bullicio. Además, otras un poquito menos populares como la Cala de Ximo o la Playa del Albir, ofrecen un ambiente más tranquilo.

Foto de Berts @idar

El festival de música “Low Cost” ha hecho de Benidorm un destino imprecindible para los amantes de los festivales veraniegos. Con un espléndido cartel, este festival ha unido en una gran fiesta a locales y turistas bailando al ritmo de grandes grupos como Placebo o Los Planetas.

Al frente de la cuidad, la Isla de Benidorm es también un punto muy atractivo. Se puede hacer una excursión a ella en ferry partiendo desde el centro de la ciudad. Al llegar, puedes disfrutar de sus playas y, cómo no, de una buena comida en su exclusivo restaurante, especializado en tapas mediterraneas, arroces y fideua.

FIB, música a la orilla del mar

Llega el veranito y con él el buen tiempo, las vacaciones, las playas a tope y ¡los festivales de música!

Este año, gracias a la Comunidad Valenciana, hemos asistido al Festival Internacional de Benicassim: más de 30.000 personas bailando, cantando y pasándoselo en grande a orillas del Mediterráneo.

El recinto del Festival alberga a visitantes de todas partes: saludos en todos los idiomas, artistas de distintos países, nuevas amistades de todas las culturas, fotos que darán la vuelta al mundo.

Prodigy en el FIB 2010

Benicassim ofrece durante es este festival, no sólo estupendos espacios para los conciertos, la acampada y la vida festivalera, sino también un entorno lleno de posibilidades. Desde los escenarios, en sólo unos minutos, se llega caminando a la playa. Un chapuzón en el agua es un reconstituyente perfecto para cargar las pilas para el FIB.

Además, para los más activos, en la Playa de Voramar, por ejemplo, se pueden realizar actividades acuáticas como Kayak, catamarán o windsurf. A la orilla de esta playa, en el restaurante con el mismo nombre: Voramar, se puede tomar un buen brunch o probar platos típicos de la zona, como la paella valenciana.

Playa de Voramar

Y lo mejor de todo: si tienes ganas de más: la saga continúa. Después del FIB, los festivales se suceden a lo largo de la costa española. Próximamente en la misma Comunidad se celebrarán otros como el Low Cost Festival en Benidorm o el Arenal Sound Festival.

Tras las pisadas del Cid: Morella

Gracias a Turismo de Valencia, hemos descubierto un área de gran atractivo turístico. Al norte de la provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana, recorriendo los históricos caminos por los que el Cid Campeador libró sus batallas, llegamos a la localidad de Morella.

Coronando la montaña en la que se encuentra esta preciosa ciudad se levanta el Castillo, una impresionante fortaleza militar que ha sido escenario de innumerables guerras a lo largo de los siglos.

La riqueza histórica de Morella es espectacular conserva vestigios de la edad de Bronce, tesoros griegos y romanos de la edad Antigua, elementos árabes, medievales, y modernos.

La Iglesia de Santa María la Mayor, y el Convento de San Franciso son, junto con el espectacular Castillo, las construcciones más llamativas de Morella. Su buen estado de conservación es impresionante, así como la altura de los últimos escalones que hay que subir para llegar a lo más alto del Castillo.

Convento de San Francisco, Morella

Desde las Murallas y el Acueducto, hasta lo más alto de la fortaleza, Morella se puede recorrer en un agradable paseo. Por las calles, además, encontrarás múltiples establecimientos y comercios con los productos típicos de la gastronomía del lugar: quesos, jamones, cecina miel de la zona y otras especialidades que merece la pena probar. En un restaurante  típoco como Casa Roque podrás comer y recuperar fuerzas para seguir descubriendo esta emblemática región.

La banda sonora del Mundial: la vuvuzela

Llevamos una semana inmersos en el Mundial y parece que hemos estado aquí toda la vida – los 32 equipos han jugado y el torneo se afianza.

He visto a los Bafana Bafana (el apodo de los chicos de la selección nacional Sudafricana) con los locales y a Robert Green dejar que la victoria se le escapase entre los dedos.

El emblemático icono de Sudáfrica Africa 2010 hasta ahora no es una persona, ni una imagen, ni siquiera un momento destacado. Es un sonido: el ruido de la vuvuzela, que crea más división de opiniones que el propio fútbol.

vuvuzela

En la apertura de este torneo, entre los anfitriones y el flamante equipo Mexicano en Johannesburgo, fue la banda sonora introductoria de la vuvuzela desde Sudáfrica para todo el mundo.

Ví el partido en un bar y temí por mis tímpanos mientras animaba a Inglaterra contra EEUU. De todas formas, en el estadio, el sonido de la vuvuzela no es tan malo como parece por TV.

Quienes vienen de fuera de Sudáfrica quieren que se prohíba en sonido de estas trompetas – la BBC ha recibido más de 500 quejas y se ha desatado gran repercusión mediática.

Desde las gradas, es parte de la atmósfera, al igual que los himnos de los clubes o los contos contra los rivales.  Dudo que los cánticos e improperios propios de los fans ingleses se prohibiesen en el mundial del 2018 si allí fuera ¿verdad?.

La vuvuzela es parte de la cultura musical de Sudáfrica desde los 60. Es una versión del cuerno de antílope kudú empleado como sonido común en las últimas décadas.

Sólo me ha molestado en una ocasión; cuando un chico justo a mi espalda empleó mi hombro como apoyo para su vuvuzela y sopló con fuerza (¡creo que lo hizo porque le compré un helado a un jovencito que estaba a su lado pero no era él!).

En las manos de los fans africanos, la vuvuzela es una tradición Sudafricana que no ha faltado en ninguno de los partidos a los que he asistido estos días.

Saboreando el Mundial de Fútbol

Quedan menos de 4 semanas para La Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010: empieza mi viaje. Antes de llegar a Johanennesburgo, donde estaré durante el evento futbolístico más importante del mundo, llego a Gothenbourg con otros compañeros del mundillo.

No puedo evitar la distracción. He estado planificando esta aventura a Sudáfrica durante meses, y por fin mientras los 32 países competidores presentan a sus equipos para el primer partido del día 11 en Soccer City, Johannesburgo, empiezo a volar hacia la Nación del Arco Iris.

Siempre he sido distraído –de joven miraba por la ventana desde clase anhelando que sonara la campana del recreo Perd para empezar épico juego de “Mundial de Fútbol”

Perdonad….dónde estábmos? Ah, OK, -ya lo dije: siempre distraído.

Posted by stuartroach

La grandiosidad de San Petersburgo

La ciudad de San Petersburgo es uno de los más bellos destinos urbanos que he podido visitar. La nieve cubre toda la ciudad en invierno, lo cual hace que la primavera llegue con más fuerza a derretir la capa blanca y volver a dar vida a los ríos y canales que la surcan. Durante los meses que están helados no es raro ver pescadores que, haciendo huecos en el hielo echan la caña y se sientan a pescar pacientemente sobre las frías aguas del río Neva.

Al recorrer la majestuosa Avenida Nevsky puedes hacerte una idea de la grandiosidad de esta ciudad, llena de edificios de gran belleza, bien cuidados. Destaca sin duda la Iglesia de la Resurección de Cristo, que con sus llamativos colores y brillos, más bien parece salir de las páginas de un cuento.

Merece la pena subir la escalera de caracol que lleva a lo alto de la la Cúpula de la Catedral de San Isaac, desde donde se tienen unas visas impresionantes de San Petersburgo.

La inmensa Plaza de Palacio es una parada obligatioria en el recorrido por la cuidad de los zares. Los edificios son magníficos, coloridos, imponentes. En la plaza suele haber personajes ataviados con trajes de época que hacen evocar la espectacularidad del imperio ruso. Justo al lado se encuentra el museo Hermitage, uno de los más opulentos museos del mundo.

Para los próximos Carnavales

De princesa, de guerrero, hadas, elfos, monstruos y finalmente disfraces tan elaborados que hay que darles su propio espacio. A mi no me gusta disfrazarme, pero si que me interesa el folklore de algunas zonas de España. Este año he pasado el fin de semana en Santander, concretamente en Santoña (vale, también he comido anchoas).

Real, Santander, Norte de España, España por mimo