Bruselas es una ciudad que no oculta su pasión por el “buen vivir”. A cada paso podrás darte cuenta de ello, sobre todo si te detienes en alguna de las cafeterías de aire romántico a degustar alguno de los exquisitos bombones de manufactura nacional. Pero más allá de este ambiente refinado, Bruselas esconde sitios increíbles que juegan con nuestra percepción como el Museo de Magritte o la casa Museo de Víctor Horta.
Pero para iniciar a descubrir los secretos de Bruselas nada mejor que visitar la Gran Place, una de las plazas más bellas del mundo donde sus imponentes edificios parecen relatarnos historias de tiempos pasados. El Ayuntamiento es sin lugar a dudas uno de los edificios más impresionantes con su torre gótica de casi cien metros de altura. Como dato curioso les apunto que es uno de los pocos edificios en el mundo que brinda la falsa percepción de simetría aunque si lo miramos con un mínimo de atención, podremos percatarnos que realmente no es simétrico.
Foto tomada por Leandro
Otras exquisiteces de la arquitectura y del interiorismo nos esperan en el Palacio Real de Bruselas, cuya reconstrucción data del siglo XVIII. No obstante, sería un verdadero pecado no visitar en su interior la Habitación de los Espejos, un exquisito juego de luces y cristales o la Habitación del Imperio, donde descansan jarrones enormes delicadamente trabajados.
Las personas más audaces tendrán una cita obligada en la Casa Museo Horta. Toda una aventura ya que en la misma no existen pisos tal y como los conocemos y las paredes son casi inexistentes, brindándonos una perspectiva totalmente nueva y retadora. Pero otro tanto nos sucederá en el Museo de Magritte, donde podremos apreciar el surrealismo en toda su expresión a través de casi 250 objetos de arte que se distribuyen en los cinco pisos de la que fuese la casa del pintor.
Aquellos que prefieran la modernidad también tienen sus espacios reservados en Bruselas, como es el caso del Atonium, una impresionante figura de una célula de acero cristalino enclavada en un verde totalmente relajante.
Foto tomada por p2bg
Pero si andamos atentos, Bruselas nos sorprenderá con algunos monumentos o decoraciones sui generis. Quizás a más de uno le asombrará hallarse con fachadas enteras de edificios decorados con cómics, pero no podía ser de otra manera en la “capital del cómic” o encontrarse con el célebre Manneken Pis, la representación de un niño que orina totalmente desnudo en pleno centro de la plaza.
Foto tomada por sylvainratton
Precisamente en esta diversidad radica el encanto de Bruselas, un sitio donde se puede degustar tranquilamente del té y los pasteles cuando vamos de compras remontándonos a siglos anteriores pero a la misma vez, cuando cae la noche, la modernidad nos tomará del brazo para seducirnos con el sabor de la cerveza en alguno de los pubs locales.