“Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y que la gente caminara entre ellas como por un bosque”. Eduardo Chillida.
Parece mentira, pero lo que fue un sueño para Chillida es la mejor descripción de lo que en realidad es su museo.
A escasos 15 minutos del centro de San Sebastián, en la localidad de Hernani, la ruta casi obliga a hacer una parada. Las entradas a una enorme finca invitan y la afluencia de público despierta la curiosidad. 12 hectáreas de impecables jardines acogen un caserío rústico y moderno a la vez, mientras que, como si hubieran crecido como flores, decenas de esculturas indican el camino a seguir.
Chillida-Leku es el museo que Eduardo Chillida y su mujer Pilar Belzunce compraron casi en ruinas en 1984. El caserío además de grande era ideal para albergar las esculturas durante el proceso último de oxidación, sin embargo, en la medida en la que el caserío era restaurado y las esculturas exhibidas en los jardines surgió la idea de hacer un museo donde el público pueda tocar las piezas, interactuar con ellas y pasear.
El interior del caserío Zabalaga alberga las obras de menor formato realizadas en granito, yeso, alabastro, madera o papel.
La dirección exacta es Bº Jáuregui, 66. 20120. Hernani-Guipuzcoa. Desde San Sebastián existe un servicio de autobuses cada treinta minutos. Para más información 943 336006.