Muchas son, cada años, las personas que se deciden a realizar el Camino de Santiago, una parte o en su totalidad, ya sea por una promesa, por recorrer de una manera distinta bellos parajes de Galicia o el norte de España, o por el atractivo de conocer gente y vivir una experiencia inolvidable.
Cuando realizamos el Camino de Santiago nos convertimos instantáneamente en peregrinos, con todo lo que ello conlleva. Es decir: una persona que camina por tierras extrañas y que tiene como finalidad alcanzar un santuario. Por lo tanto, un peregrino del Camino de Santiago es un mochilero, que recorre a pie muchos kilómetros y que prescinde de todas las comodidades de un turista.