Durante el mes de febrero la ‘Ciudad de los Canales‘ vive uno de sus mejores momentos del año. Desde luego, si eres viajero y te gusta la fotografía, es la época en que podrás disfrutar de las postales de una Venecia entre medieval y renacentista que, a la impresionante ambientación arquitectónica de palacios y edificios, anexa la vigorosa fuerza expresiva de la mascarada más elegante.
Es el Carnaval de Venecia, un acontecimiento que se menciona por primera vez en el 1094. No obstante, si queremos ceñirnos al carnaval veneciano tal y como lo conocemos hoy, hemos de movernos por los tiempos que acaecen entre los siglos XV y XVIII, encargados de dejar esa impronta en la estética de la mascarada de la ciudad italiana.
Todo surgió como un modo de desterrar la somnolencia rutinaria de la nobleza veneciana. En el corro de la corte se ideó la manera de que cortesanos y nobles pudieran salir a mezclarse con el populacho, divertirse y no ser reconocidos. Lo que no podían intuir entonces los ricachones ostentosos de la Venecia del Quattrocento, es que la fiesta acabaría siendo del pueblo.
Hoy las calles y los canales de Venecia se ven inundados por el colorido y la fastuosidad de los trajes de carnaval, impregnados de un boato teatral muy influenciado por la Commedia dell’Arte y es este un carnaval muy ligado al arte, al teatro, a la música clásica… Un completísimo programa de actos que, por lo extenso, será de muy difícil cumplimiento para el viajero que quiera asistir a todo.