Ni siquiera siendo aragonesa de pura cepa, una es capaz de imaginar las maravillas que tiene tan cerca, en su propia tierra. A menos de una hora de la capital de Aragón hacia el norte, con los Pirineos perfilando siempre el horizonte frontal, nos encontramos con el Valle de Tena, enclave de pueblos tan populares y bellos como Biescas, Tramacastilla, Lanuza, Sallent de Gallego… repletos de puentes medievales, iglesias románicas, bosques interminables, pintorescos valles, miradores, lagos, …
Además de las clásicas actividades invernales con la nieve, el Valle de Tena ofrece además un elenco de posibilidades para combinar con el deporte rey del invierno, endulzando si cabe más, la estancia entre uno de los complejos montañosos más tentadores de Europa. Tras una jornada en Formigal, una de las mejores estaciones de esquí de España, con más kilómetros y pistas esquiables, y en donde miles de personas cada día disfrutan de cientos de actividades como el icekarting, los trineos de perros, o las bicis de nieve, uno busca siempre completar su día con ocio, relax o gastronomía.