Viajar es una pasión. Hay quienes eligen su destino en base a sus paisajes naturales, otros deciden dónde ir en relación con las costumbres de la cultura que desean conocer con mayor profundidad y por último, hay quienes como yo, disfrutan de los paisajes urbanos que ofrecen una amplia gama de diseños arquitectónicos.
Barcelona es una de esas ciudades que demuestra una antigua pasión por lo rompedor, sobre todo si de arquitectura se trata. Por ello, ya sea en sus construcciones más antiguas, en las más modernas o en las más emblemáticas como la Sagrada Familia; siempre se pueden encontrar diseños atrevidos que ameritan programar un viaje hasta la ciudad.
1. Casa Milà. Realizada entre los años 1905 y 1912, probablemente es una de las construcciones más amadas de los barceloneses y del propio Gaudí. La casa cubre unos cien metros cuadrados donde se entrelazan líneas sinuosas que desafían todos los cánones arquitectónicos. Está construida en piedras naturales (razón por la cual se le conoce como La Pedrera) por lo que no resulta de gran colorido pero tampoco lo necesita para llamar la atención. Si te aventuras en su techo hallarás caminos surrealistas donde toman vida las más diversas esculturas vigilantes y un profundo vacío sobre los seis pisos que provoca una increíble sensación de vértigo.
Foto tomada por Dimodi
2. Casa Batlló. Considerada como una de las obras más originales de Gaudí, probablemente es una de las construcciones barcelonesas más fotografiadas debido a los motivos zoomórficos de su fachada. Terminada en el año 1907, aún hoy podemos disfrutar de esta joya donde se conjuga el Art Nouveau y el gótico en un diseño fantástico que asume formas óseas. Su interior no es menos sorprendente. Al traspasar su umbral encontrarás una explosión de azul que contrasta con el gris dominante. Entonces te parecerá estar en el interior de una caja torácica. Pero en el techo se abre otro panorama, luminoso y colorido, que te reportará a historias de dragones y princesas.
Foto tomada por Rightee
3. Casa Comalat. Esta construcción se erige en pleno corazón barcelonés para mostrar uno de los ejemplos más bellos del modernismo. Finalizada en el 1911, sus formas sinuosas recuerdan los diseños de Dalí pero en esta ocasión el toque de unicidad viene conferido por el uso de la cerámica colorida que evoca la figura de los arlequines. En su interior hallarás un ambiente elegante que compite por la atención con las formas extremas del diseño arquitectónico.
Foto tomada por Cebete
Y ahora un toque de modernidad:
4. Torre Mare Nostrum. Es uno de los edificios más modernos de la ciudad (se terminó en el reciente 2005) que se erige en la Barceloneta. Con sus 86 metros de altura y sus formas que desafían la gravedad, probablemente esta construcción se convierta en uno de los emblemas de la ciudad pujante y moderna. Y es que es todo un espectáculo apreciar las formas atrevidas cubiertas enteramente de cristales dentro de las cuales destaca su imponente voladizo de 40 metros.
Foto tomada por Frestivo
5. Torre Agbar. ¿Geiser de agua que se eleva hacia el cielo o enorme símbolo fálico? De una forma u otra, lo cierto es que el perfil de Barcelona se recorta con esta torre de 144 metros desde el año 2005 y que es el tercer edificio más alto de la ciudad. Más allá de sus dimensiones y aspecto, otro de los atractivos de esta construcción es que dispone de miles de dispositivos luminosos que crean las más diversas tonalidades sobre la superficie del edificio por lo que en las noches es una verdadera explosión colorida. Si suben hasta su punto panorámico obtendrán una maravillosa vista sobre la ciudad en pleno movimiento.
Foto tomada por Laurea
Como siempre sucede al realizar las listas, pueden quedar fuera algunos sitios dignos de mención. ¿Quieres apuntarnos otra de las maravillas arquitectónicas de Barcelona?