Un viaje a Flandes se puede definir como muchos viajes en uno solo, y así lo acompaña también, por ejemplo, su clima, variado e inseguro, aunque en general europeo suave, con lo que no te olvides de llevarte un poco de todo en tu maleta. Ésta mejor que sea liviana, ya que es normal moverse muchísimo por la región, sobre todo gracias a una de las redes ferroviarias más densas del mundo, que conectan perfectamente (y con una puntualidad casi inglesa) todos los destinos que quieras visitar. Dada su relevancia, los precios no son nada caros y es el mejor sistema de transporte para moverse por Flandes. Dentro de cada ciudad, el metro, bus o tranvía, tiene un precio medio de unos 8 euros (10 viajes). Visitemos un poquito cada ciudad para tener una base donde se asentará nuestro musical viaje.
Brujas, en contraste, la podemos bautizar como la Venecia del norte. Una ciudad romántica que respira antigüedad y mercadeo en sus calles. Como la famosa Amsterdam, es una ciudad apta para la bicicleta y disfrutarla con mucha tranquilidad … ¡y con tu pareja!
Bruselas, además de ser la capital Europea (donde están el Parlamento, la Comisión Europea …), mezcla muchos ambientes en uno, ya que es la capital más multicultural de la zona. Una ciudad creativa (hay preciosos murales con viñetas en algunos edificios) y abierta (plazas y grandes paseos), donde podremos saborear uno de los platos gastronómicos más populares y también más desconocidos y sorprendentes de Bélgica: los mejillones con patatas, que, tal y como sugirieron, se van alternando pero no mezclando. Otro de los platos típicos es la carne de caballo, que junto con los mejillones, podrás encontrar a doquier en los múltiples restaurantes con terraza que plagan sus callejuelas del centro histórico, como el Chez Leon, uno de los más típicos y turísticos donde degustar todos los platos de la región.
Cerca de la bellísima Grand Place de Bruselas, donde en Agosto se instala la famosa Alfombra de Flores, podremos visitar el famoso Manneken Pis, la estátua del niño orinando, que representa el espíritu independiente de sus habitantes, y que disfrutaremos tomando un gofre a unos precios muy económicos y con toda clase de sabores e ingredientes (hay decenas de tiendas en esta zona central de la vieja ciudad cada una con más imaginación gastronómica).
Gante, con su flagrante Castillo medieval de Gravensteen, y sus canales centrales, que pueden visitarse a lo Venecia y resumen el pasado y presente de la zona, es una ciudad joven y movida, con sus animados festivales locales. Llena de peculiares museos e historia, los mercadillos de fin de semana y sus cuidadosamente iluminadas calles por la noche, es una buena ciudad base para tu viaje por Flandes.
Unos de los paseos románticos y turísticos por la ciudad antigua es a través de sus múltiples canales, donde explican de forma muy didáctica y divertida todas las curiosidades de la ciudad, como el árbol donde hay que besarse con tu pareja para una duradera relación, la pintura en una de sus paredes de un rey con un dote “muy especial”, las influencias hispanas de hace siglos, … ¡mejor descúbrelo tú mism@!
Gastronómicamente recomiendo dos restaurantes: el primero de ellos es una brasserie llamada Pakhuis, con un ambiente muy relajado que te hará disfrutar de una carta de lujo (¡lleva a tu pareja a cenar!), y guardate para los postres, ya que encontrarás algunos que no te imaginas; el segundo es el Mosquito Coast, una curiosísima combinación de restaurante “del mundo” (hay comidas de todos los lugares del planeta) y de agencia de viajes. ¿Te imaginas poder comer un filete de canguro y contratar acto seguido un viaje a Australia? ¡Aquí puedes! Además es un “meeting point” internacional de viajeros.
Y como no has hecho suficiente hambre, cuando pasees al atardecer por sus calles y necesites una buena dósis de azúcar te recomiendo los “Cuberdons”, un bombón original de Gante, elaborado de almíbar y de goma arabiga con un sabor a frutas del bosque. Es una “chuchería” muy popular entre los niños, y ¡seguro que tú también caes!
Lovaina, cercana y parecida a Bruselas, es una ciudad muy vital y universitaria, conocida por su tradición cervecera, hasta tal punto que es sede de la mayor compañía de cerveza del planeta: la compañía estadounidense Anheuser-Busch InBev.
Amberes, fue capital del norte de Europa y tuvo mucha relación con la corona española, de ahí que muchos edificios emblemáticos muestren esta relación en sus paredes. Una ciudad caracterizada por sus aires modernos y vanguardistas, y considerada una ciudad de moda. También es especialmente popular por sus diamantes, ya que el 85% de la producción mundial está aquí.
Y Malinas, completando el sexteto, con dos tradiciones muy especiales: el arte de tocar campanas, y el tejido de tapices. También una ciudad apta para el paseo en bicicleta y el deleite de una de sus cervezas más populares, la Het Anker.