life and travel experiences
Llega el veranito y con él el buen tiempo, las vacaciones, las playas a tope y ¡los festivales de música!
Este año, gracias a la Comunidad Valenciana, hemos asistido al Festival Internacional de Benicassim: más de 30.000 personas bailando, cantando y pasándoselo en grande a orillas del Mediterráneo.
El recinto del Festival alberga a visitantes de todas partes: saludos en todos los idiomas, artistas de distintos países, nuevas amistades de todas las culturas, fotos que darán la vuelta al mundo.
Benicassim ofrece durante es este festival, no sólo estupendos espacios para los conciertos, la acampada y la vida festivalera, sino también un entorno lleno de posibilidades. Desde los escenarios, en sólo unos minutos, se llega caminando a la playa. Un chapuzón en el agua es un reconstituyente perfecto para cargar las pilas para el FIB.
Además, para los más activos, en la Playa de Voramar, por ejemplo, se pueden realizar actividades acuáticas como Kayak, catamarán o windsurf. A la orilla de esta playa, en el restaurante con el mismo nombre: Voramar, se puede tomar un buen brunch o probar platos típicos de la zona, como la paella valenciana.
Y lo mejor de todo: si tienes ganas de más: la saga continúa. Después del FIB, los festivales se suceden a lo largo de la costa española. Próximamente en la misma Comunidad se celebrarán otros como el Low Cost Festival en Benidorm o el Arenal Sound Festival.
Gracias a Turismo de Valencia, hemos descubierto un área de gran atractivo turístico. Al norte de la provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana, recorriendo los históricos caminos por los que el Cid Campeador libró sus batallas, llegamos a la localidad de Morella.
Coronando la montaña en la que se encuentra esta preciosa ciudad se levanta el Castillo, una impresionante fortaleza militar que ha sido escenario de innumerables guerras a lo largo de los siglos.
La riqueza histórica de Morella es espectacular conserva vestigios de la edad de Bronce, tesoros griegos y romanos de la edad Antigua, elementos árabes, medievales, y modernos.
La Iglesia de Santa María la Mayor, y el Convento de San Franciso son, junto con el espectacular Castillo, las construcciones más llamativas de Morella. Su buen estado de conservación es impresionante, así como la altura de los últimos escalones que hay que subir para llegar a lo más alto del Castillo.
Desde las Murallas y el Acueducto, hasta lo más alto de la fortaleza, Morella se puede recorrer en un agradable paseo. Por las calles, además, encontrarás múltiples establecimientos y comercios con los productos típicos de la gastronomía del lugar: quesos, jamones, cecina miel de la zona y otras especialidades que merece la pena probar. En un restaurante típoco como Casa Roque podrás comer y recuperar fuerzas para seguir descubriendo esta emblemática región.