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Monfragüe: el abismo que devuelve la mirada

Pocos lugares he contemplado que hayan llamado tanto mi atención como el Parque Natural de Monfragüe, en la provincia extremeña de Cáceres.  Se trata de un precioso valle por el que discurren los ríos Tajo y Tiétar, un paraje natural de belleza excepcional que se prolonga durante 30 kilómetros y que está salpicado de sierras bajas de bosque y matorral mediterráneo.

Asomarse sobre el Tajo en estos parajes y arrancarle ecos a sus escarpados peñascos provocan en el visitante un efecto casi hipnótico. Sus aguas verdes, de espejo, le roban reflejos a la tierra y ofrece estampas de una naturaleza salvaje y una simetría vertiginosa. Conviene acercarse si sufrimos una época de estrés, relajarnos en el silencio de Monfragüe y perdernos en la inmensidad de sus paisajes.

Además de ser Reserva de la Biosfera, el lugar es Zona de Especial Protección para las Aves. Si caminamos en silencio y levantamos la vista para mirar con atención entre las rocas, descubriremos colonias de buitres leonados, halcones peregrinos, águilas y búhos reales. En la orilla del río habita el Martín pescador y, con suerte, podremos contemplar a una tímida nutria.

Del río emergen, caprichosas, esculturas naturales que talló el agua en la cuarcita: enormes crestas perfectas en su geometría, barrancos y despeñaderos que muestran la cara más guerrera de la naturaleza y evidencian nuestra insignificancia. Pocos lugares hay tan bellos como Monfragüe, el pulmón de Extremadura. Jaras, enebros, madroños y encinas tiñen de verde el paisaje.

El Parque cuenta con diez itinerarios a pie y dos que pueden realizarse en coche. Dependiendo de por cual nos decantemos caminaremos entre huertas, recorreremos la dehesa o subiremos al pico más alto del lugar. Cañadas, puentes, pueblos… un auténtico deleite para los sentidos. Como lugares de interés puedo citar los cortados rocosos Portilla del Tiétar y Salto del Gitano, el Mirador del Pliegue y el roquedo de La Tajadilla.

Published inturismo ecológico

5 Comments

  1. Antoliano Antoliano

    Estupendo tu comentario, pero perdona que te indique que se te ha olvidado comentar las dos especies de aves más famosas del parque, el buitre negro y el aguila imperial ibérica.
    Otras aves de presa surcan los cielos de Monfragüe en busca de su sustento. En los roquedos encontramos águilas reales (Aquila chrysaetos), perdiceras (Hieraaetus fasciatus), halcones peregrinos (Falco peregrinus) o búhos reales (Bubo bubo). Entre la espesura de las umbrías, azores (Accipiter gentilis), gavilanes (Accipiter nisus), milanos negros (Milvus migrans), águilas calzadas (Hieraaetus pennatus), culebreras (Circaetus gallicus), y en las dehesas milanos reales (Milvus milvus), elanios azules (Elanus caeruleus), cárabos (Strix aluco) o mochuelos (Athene noctua). Estas especies constituyen el grueso de las que pueblan el área de Monfragüe. Además, en el medio humanizado que constituyen los pueblos de la comarca y los edificios de las fincas podemos ver especies que toleran en mayor medida la presencia del hombre. El cernícalo primilla (Falco naummani) y la lechuza (Tyto alba) aprovechan estas construcciones para colocar sus nidos.
    No es por corregirte ni mucho menos, es solo por aumentar la muy buena información que has dado.

  2. PikitoMadrid PikitoMadrid

    Efectivamente Juan Pablo, entregarse a la contemplación de lugares de este tipo nos recuerda lo insignificantes que somos frente a la grandiosidad de la Madre Naturaleza. Y ese silencio, que lo hace aún más grande y más bello.

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