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Month: August 2010

Cantabria, siempre con ganas de volver

No es la primera, ni la última vez que escribiré sobre Cantabria. Cada vez que regreso me quedo con ganas de volver y es rara la semana en la que no repaso los maravillosos recuerdos con los que tanto me hace soñar. Sin duda, aunque parezca increbile, hay sitios -todos los tenemos- que nos hacen volar sobre montañas y aterrizar en un mundo que parece idílico y lleno de felicidad. Cantabria es uno de ellos. Se puede disfrutar en cualquier estación del año.

En mi último viaje aproveché para visitar sitios diferentes teniendo como lugar de descanso el Hotel Camino Real de Selores, en el Valle de Cabuérniga. Del hotel solo puedo hablar maravillas. La decoración de cada habitación es diferente, amplias, con jacuzzis grandísimos, en una zona rural muy acogedora y apartada del mundanal ruido, con unos desayunos espectaculares y una cocina de alta gastronomía a precios razonables, la bodega era muy completa y la atención de todo el personal muy cercana.

Al estar bien comunicado nos permitió en pocos días hacer diferentes planes:

Para un poco de aventura y cultura geológica fuimos a la Cueva El Soplao. Se le llama así porque cada vez que se descubre una nueva cavidad, tan grande como esta, al romper la últimas rocas en la perforación el aire comprimido desde hace miles de años sale despedido hacia fuera soplando a sus descubridores. Es un lugar enigmático y merece la pena ir de visita turística, aunque también probaremos en próximos viajes a hacer espeleología por toda la cueva.

Para un poco de conocimiento sobre nuevos sitios estuvimos en Comillas y su playa norteña, San Vicente de la Barquera y Potes. En este último sitio paramos a comer en uno de los mejores restaruantes de la zona. En el Asador El Balcón se come genial por un precio módico, la cantidad de comida es bastante para aquellos que nos gusta salir doblados del restaurante al que vamos -no se desperdicia nada-. La calidad de las carnes hace honor a la zona de montaña y los ganados -casi salvajes- que allí habitan. Y sobre todo, no olvides llamar para reservar una mesa junto a sus ventanales donde podrás disfrutar de toda la vista del valle y del pueblecito con encanto que es Potes.

Benidorm: veraneando en rascacielos

Ya tenía ganas de visitar la ciudad a la que muchos llaman “el Nueva York” de España. Rascacielos por doquier a la orilla del mar, eso es cierto. El ambiente de Benidorm poco tiene que ver con el de la Gran Manzana, ya que esta localidad Valenciana es un lugar de vacaciones por excelencia, ideal para todos públicos, y especialmente popular entre los infatigables viajeros de edad más avanzada.

foto de Berts @idar

Benidorm está hecha para el turista: con 17ºC de temperatura media a lo largo de todo el año, recibe visitantes constantemente, y tiene para ellos una amplia oferta de entretenimiento: bares, discotecas, sidrerías, todo tipo de actividades deportivas, actuaciones musicales, etc.

Las extensas playas de Levante y Poniente se abarrotan día a día de gente, animación y bullicio. Además, otras un poquito menos populares como la Cala de Ximo o la Playa del Albir, ofrecen un ambiente más tranquilo.

Foto de Berts @idar

El festival de música “Low Cost” ha hecho de Benidorm un destino imprecindible para los amantes de los festivales veraniegos. Con un espléndido cartel, este festival ha unido en una gran fiesta a locales y turistas bailando al ritmo de grandes grupos como Placebo o Los Planetas.

Al frente de la cuidad, la Isla de Benidorm es también un punto muy atractivo. Se puede hacer una excursión a ella en ferry partiendo desde el centro de la ciudad. Al llegar, puedes disfrutar de sus playas y, cómo no, de una buena comida en su exclusivo restaurante, especializado en tapas mediterraneas, arroces y fideua.